La Oficina Municipal de Información al Consumidor de Carmona funciona porque una persona atiende al público. Una funcionaria abnegada, ejemplar, entregada a su trabajo, que dos días por semana atiende al numeroso público que se congrega para presentar sus reclamaciones ante los abusos de las grandes compañías suministradoras de servicios, fundamentalmente.
Un persona, dos mañanas por semana.
Atiende a los consumidores, organiza la oficina, indica a los demás funcionarios lo que tienen que hacer y cómo tienen que hacerlo. Se encarga de todo.
Cuando algún ciudadano acude a la OMIC en busca de amparo ante cualquier tropelía de esas en que son especialistas las empresas que explotan la energía, la telefonía, los servicios básicos... lo más probable es que se encuentre con que no se le puede atender. Y si tiene suerte y ese día "toca" recibir al público, tendrá que esperar, como poco, un par de horas, hasta que la persona encargada de que la oficina funcione pueda hacerse cargo de su caso.
La contradicción es evidente: una oficina de atención al consumidor que apenas puede atender al consumidor.
En el CDS de Carmona y la candidatura que presentamos a la Alcaldía, pensamos que este tipo de servicios no están para adorno ni para figurar a título de inventario en la gestión de un gobierno municipal. Están para FUNCIONAR debidamente.
Si se busca en Internet la OMIC de Carmona, aparece como persona de referencia la Delegada de Promoción Económica, Consumo, Formación y Empleo. Con sus nombres y apellidos. En la oficina de la OMIC (si está abierta) no la encontraremos nunca.
En nuestro programa electoral nos comprometemos a dotar a la OMIC de Carmona de los medios necesarios, tanto técnicos como humanos, para que funcione con agilidad y eficacia durante todos los días laborables del año.
Carmona, los ciudadanos y consumidores de Carmona no merecen menos.
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